México: Rumbo a Renovado Pacto Iglesia-Estado, en Laicidad Constructiva

Cardenal Parolin: Vaticano desea “renovado pacto” con México con laicidad constructiva

POR DAVID RAMOS | ACI Prensa, 210621.

En el marco de su visita a México y tras reunirse con el presidente de ese país, Andrés Manuel López Obrador, el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, expresó el deseo de la Santa Sede de un “renovado pacto” desarrollado en base a una laicidad constructiva.

En conferencia de prensa desde la Nunciatura Apostólica en Ciudad de México este 21 de junio, el Cardenal Parolin aseguró que “la Santa Sede alimenta la esperanza de que ha llegado el momento de un renovado pacto de mutua colaboración, marcado por un profundo respeto de la legítima distinción entre Estado e Iglesia”.

Este pacto, resaltó, debe estar “basado en el principio de la laicidad”.

El Purpurado, que visitó  México desde el 17 de junio para presidir la ordenación episcopal de Mons. Fermín Sosa Rodríguez, nuevo Nuncio Apostólico en Nueva Guinea, explicó que “es parecer común” que el principio de laicidad “hoy ya no debe entenderse o declinarse como una oposición entre la esfera religiosa y la esfera secular”.

Más bien, continuó, debe comprenderse “como una necesaria autonomía de compromiso y de acción en favor del bien de todos”.

“Por eso desde hace algún tiempo se habla de una laicidad positiva, y últimamente también de una laicidad constructiva”, destacó.

Lo que se busca, señaló, es que “lejos de ser un motivo interior de división y oposición, al principio de laicidad le compete por un lado respetar y acoger la valiosa contribución que las convicciones espirituales ofrecen a la sociedad. Y por el otro, también actuar como barrera para cualquier tipo de desvío fundamentalista o secularista”.

El Cardenal Parolin recordó luego una carta del Papa Francisco de 2020, con ocasión de los 50 años de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y la Unión Europea.

En esa ocasión, indicó el Purpurado, el Santo Padre dijo que sueña con “una tierra abierta a la trascendencia” en la que “el que es creyente sea libre de profesar libremente la fe y de proponer el propio punto de vista en la sociedad”.

“Han terminado los tiempos de los confesionalismos, pero se espera también el de un cierto laicismo que cierra las puertas a los demás, y sobre todo a Dios”, añadió el Papa.

“Porque es evidente que una cultura, un sistema político que no respeta la apertura a la transferencia no respeta adecuadamente a la persona humana”, continuó.

En la conferencia de prensa de este 21 de junio en la Nunciatura Apostólica participó  también el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, que aseguró que su país “coincide plenamente” con la preocupación del Papa Francisco por “temas fundamentales como los derechos humanos, la atención de los migrantes, la solidaridad con los desposeídos”.

“El presidente de México quiere subrayar sus coincidencias con la Santa Sede con motivo de esta visita. Desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede en el año de 1992, se han desarrollado muy diversas y exitosas iniciativas comunes en materias como migración, derechos humanos y la búsqueda de la paz”, dijo.

“Dice el presidente López Obrador: coincidimos con los llamados del Papa Francisco a la solidaridad internacional y al acceso equitativo y urgente a las vacunas contra el COVID-19”.

Para Ebrard, “estas coincidencias y muchas otras entre México y la Santa Sede nos van a permitir seguir trabajando juntos para lograr la recuperación efectiva y solidaria de los efectos de esta pandemia que hemos atravesado”.

La historia de las relaciones entre la Iglesia y México

Si bien las tensiones entre las Iglesia y México se remontan a las Leyes de Reforma del siglo XIX, se incrementaron con la Constitución de 1917, que originalmente establecía importantes restricciones al culto.

El punto más crítico se alcanzó en 1926, con la promulgación de la Ley de tolerancia de cultos, conocida como la “Ley Calles”, por el entonces presidente Plutarco Elías Calles.

La Ley Calles llegó al punto de prohibir que los sacerdotes vistan traje talar, que los religiosos formen congregaciones y que se enseñara religión en las escuelas.

Las restricciones llevaron a que los obispos suspendieran el culto y detonara la Guerra Cristera.

Aunque la Guerra Cristera concluyó con los acuerdos realizados entre la Iglesia y el Estado el 21 de junio de 1921, no habría relaciones diplomáticas oficiales entre México y la Santa Sede hasta 1992.

Ese año el Gobierno de México reformó la Constitución de 1917 y se promulgó la Ley de asociaciones religiosas y cultos públicos, reconociendo la personalidad jurídica, entre otros derechos, a la Iglesia Católica, así como a otros credos existentes en el país.

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NOTA RELACIONADA.

Cardenal Parolin ante Virgen de Guadalupe: México tiene necesidad de reconciliación

POR DAVID RAMOS | ACI Prensa, 220621.

 

El Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, aseguró recientemente ante la imagen original de Nuestra Señora de Guadalupe que México “tiene necesidad de reconciliarse consigo mismo”.

Al presidir la celebración de la Santa Misa el domingo 20 de junio en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en Ciudad de México, el Cardenal Parolin dijo que “estando aquí, ante la Emperatriz de las Américas, cómo no pensar también, al contemplar la barca sacudida por los vientos y las olas, en la situación que México, como muchos otros países latinoamericanos, vive desde hace muchos años”.

“La desigualdad social, la pobreza, la violencia del crimen organizado, la división por causas políticas, sociales y hasta religiosas”, señaló.

“Un México que tiene necesidad de reconciliarse consigo mismo, de reencontrarse como hermanos, de perdonarse mutuamente, de unirse como sociedad superando la polarización”, añadió.

El Cardenal Parolin visitó México del 17 al 21 de junio. El motivo central de su viaje fue presidir la ordenación episcopal de Mons. Fermín Sosa Rodríguez, nuevo Nuncio Apostólico en Nueva Guinea.

Durante su visita, el Secretario de Estado del Vaticano se reunió con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Luego, en conferencia de prensa, el Purpurado expresó el deseo de la Santa Sede de realizar un “renovado pacto” con el país americano, basado en una laicidad constructiva.

En la Misa en la Basílica de la Virgen de Guadalupe, donde se conserva la imagen original de Santa María aparecida el 12 de diciembre de 1531, el Cardenal Parolin alentó a México a saber “mirar a su historia para no olvidar la gran riqueza de sus raíces y la herencia recibida en los valores que han forjado su identidad a lo largo de muchas generaciones”.

“Como creyentes, reconocemos que el encuentro con Jesucristo ha sido y continúa siendo el don más valioso y trascendente para los pueblos y las culturas de esta Nación y del continente americano”, dijo.

“Para abrir mejores caminos hacia el futuro, un futuro de reconciliación y de armonía, tenemos que consolidar y profundizar nuestra fe en Jesucristo”, remarcó.

En la celebración eucarística, el Cardenal también recordó el viaje del Papa Francisco a México en febrero de 2016, en la que él también participó.

“De esa visita recordamos el largo tiempo que el Papa transcurrió en oración silenciosa ante la imagen de la Virgen, un diálogo intenso del hijo con su madre, de un hijo que ha sido llamado a ser padre y pastor, y por esto tiene particular necesidad del sostén y la intercesión de Aquella a quien proclamamos como Madre de la Iglesia y Reina de los Apóstoles”, señaló.

Al finalizar su homilía, el Purpurado alentó a tener fe “contra todo desaliento, temor o desconcierto”.

“Necesitamos que nuestra fe en Cristo resucitado, nos ayude a ser constructores de una mejor sociedad a partir de nuestras propias familias y desde el lugar que ocupamos en la vida pública”, dijo.

Además, resaltó, “tenemos necesidad de la fe de María, de aquella fe por la cual ella es grande y por la cual es bienaventurada como la saludó su prima Santa Isabel”.

“Una fe profunda, una fe convencida, una fe coherente, una fe operante, una fe que se transforme en testimonio de vida porque, lo sabemos, la separación -y tal vez la contradicción- entre fe y vida es uno de los más graves escándalos que los cristianos pueden dar al mundo”, expresó.

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