El Cardenal Zen rechaza posibles restricciones a la celebración de la Misa Tridentina.
POR MIGUEL PÉREZ PICHEL | ACI Prensa, 120621.
El Cardenal Joseph Zen, Obispo Emérito de Hong Kong, mostró su preocupación por las noticias aparecidas en algunos medios de comunicación que indican una posible restricción de la Santa Sede a la celebración de la Misa por la forma extraordinaria del rito romano, el conocido como Rito Tridentino.
La celebración de la Misa por la forma extraordinaria del rito romano está regulada por el Motu Proprio Summorum Pontificum, aprobado por el Papa Benedicto XVI en el año 2007.
El Summorum Pontificum facilitó a las comunidades católicas que lo solicitasen la celebración de la liturgia romana anterior a la reforma efectuada en 1970, según el Misal Romano promulgado por el beato Juan XXIII, cuyo origen se remonta al Misal Romano promulgado por el Papa San Pío V en el siglo XVI “animado por gran celo pastoral tras la exhortación del Concilio de Trento”, como se puede leer en el Motu Proprio de Benedicto XVI.
En su carta, el Cardenal Zen señala su preocupación por las noticias publicadas “sobre posibles restricciones a la celebración de la Misa Tridentina (aquella que ahora llamamos forma extraordinaria del rito romano)”, y una de cuyas características es el uso del latín como lengua litúrgica.
El Cardenal niega ser un extremista del Rito Tridentino y recuerda “que he trabajado activamente, como sacerdote y como obispo, por la reforma litúrgica después del Vaticano II, también tratando de frenar los excesos y los abusos que, lamentablemente, no han faltado tampoco en mi diócesis. Por lo tanto, no se me acusará de parcialidad”.
Sin embargo, “no puedo negar, según mi experiencia en Hong Kong, el abundante bien que vino con el Motu Proprio Summorum Pontificum y de la celebración de la Misa Tridentina”.
Destacó, como ejemplo de ese abundante bien, que en Hong Kong existe “un grupo de fieles que, desde hace decenios, participa en esta forma que nos llega de la riqueza litúrgica de nuestra Tradición, un grupo que nunca ha creado problemas a la diócesis y cuyos participantes no han puesto en duda jamás la legitimidad de la Misa renovada”.
Señaló que “por la comunidad que participa en la forma extraordinaria en Hong Komg han pasado muchos jóvenes que, por medio de esta Misa, han redescubierto el sentido de la adoración y de la reverencia que debemos a Dios, nuestro Creador”.
Además, recordó cómo, durante su infancia, en Shanghai, “mi padre, devotísimo católico, me llevaba a Misa todos los días, ¡y el domingo me hacía participar en cinco Misas! Sentía una reverencia tal, estaba tan fascinado (¡y todavía lo estoy!) de la belleza del canto gregoriano que pienso que aquella experiencia nutrió mi vocación al sacerdocio, como sucedió a muchos otros”.
“Recuerdo a muchos fieles chinos (y no creo que todos supiesen latín…) participar con gran fervor a estas ceremonias litúrgicas, como lo puedo testimoniar ahora en la comunidad que participa en la Misa Tridentina de Hong Kong”.
El Cardenal Zen concluye su carta subrayando que “la Misa Tridentina no divide, de hecho, nos une a nuestros hermanos y hermanas de todas las épocas, a los santos y a los mártires de todos los tiempos, a aquellos que han luchado por su fe y que han encontrado en ella un nutriente espiritual inagotable”.
A continuación, la carta completa del Cardenal Joseph Zen:
“He leído en los periódicos noticias bastante preocupantes sobre posibles restricciones a la celebración de la Misa Tridentina (aquella que ahora llamamos forma extraordinaria del rito romano).
Quiero decir claramente que yo no soy considerado extremista de esta forma litúrgica y que he trabajado activamente, como sacerdote y como obispo, por la reforma litúrgica después del Vaticano II, también tratando de frenar los excesos y los abusos que, lamentablemente, no han faltado tampoco en mi diócesis. Por lo tanto, no se me acusará de parcialidad”.
“Pero no puedo negar, según mi experiencia en Hong Kong, el abundante bien que vino con el Motu Proprio Summorum Pontificum y de la celebración de la Misa Tridentina. Hay aquí un grupo de fieles que, desde hace decenios, participa en esta forma que nos llega de la riqueza litúrgica de nuestra Tradición, un grupo que nunca ha creado problemas a la diócesis y cuyos participantes no han puesto en duda jamás la legitimidad de la Misa renovada”.
“Por la comunidad que participa en la forma extraordinaria en Hong Kong han pasado muchos jóvenes que, por medio de esta Misa, han redescubierto el sentido de la adoración y de la reverencia que debemos a Dios, nuestro Creador”.
“Yo he trabajado para la reforma litúrgica, como he dicho, pero no puedo olvidar la Misa de mi infancia, no puedo olvidar cuando, de niño en Shanghai, mi padre, devotísimo católico, me llevaba a Misa todos los días, ¡y el domingo me hacía participar en cinco Misas! Sentía una reverencia tal, estaba tan fascinado (¡y todavía lo estoy!) de la belleza del canto gregoriano que pienso que aquella experiencia nutrió mi vocación al sacerdocio, como sucedió a muchos otros”.
“Recuerdo a muchos fieles chinos (y no creo que todos supiesen latín…) participar con gran fervor a estas ceremonias litúrgicas, como lo puedo testimoniar ahora en la comunidad que participa en la Misa Tridentina de Hong Kong”.
“La Misa Tridentina no divide, de hecho, nos une a nuestros hermanos y hermanas de todas las épocas, a los santos y a los mártires de todos los tiempos, a aquellos que han luchado por su fe y que han encontrado en ella un nutriente espiritual inagotable”.
Para leer la carta original del Cardenal Joseph Zen en italiano, acceda AQUÍ.
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