Víspera del Espíritu Santo, Profética? Inicio de la Fraternidad Humana: Papa

El Papa a creyentes reunidos en Jerusalén: “esta noche puede ser una profecía”

Con motivo de la Vigilia Ecuménica de Pentecostés organizada por Charis en la iglesia de Christ Church, en Jerusalén, el sábado 22 de mayo, el Papa Francisco invita a los creyentes de diferentes tradiciones cristianas allí reunidos a que hagan realidad el testimonio de la primera comunidad cristiana: “miren como se aman”, pues la unidad de los cristianos en el amor mutuo “hoy es más urgente que nunca”.

Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano. (VN, 220521).

 

Hoy, en la Iglesia anglicana de Cristo “Christ Church” en Jerusalén, ante creyentes de diferentes tradiciones cristianas, se ha publicado un video mensaje del Papa Francisco que ha enviado con ocasión de la Vigilia Ecuménica de Pentecostés. El Papa agradece a la iglesia anglicana por su “hospitalidad”; también agradece “a las personas que han hecho posible esta transmisión”, sin olvidarse de su “hermano y amigo el Arzobispo de Canterbury, Justin Welby” y “CHARIS”, el servicio para la Renovación Carismática Católica, que ha organizado esta vigilia cristiana a través de la Comisión que formaron para este propósito, integrada por cinco católicos y cinco miembros de diferentes iglesias y comunidades cristianas: “Gracias por haberme escuchado y hecho realidad en esta Vigilia la misión que les encomendé de trabajar por la unidad de los cristianos” dice el Papa.

“Miren como se aman”

El Papa comparte en su video mensaje “lo que hay en su corazón”, pensando en Jerusalén, la ciudad santa para los hijos de Abraham: “Pienso en el relato que describe la comunidad de los creyentes en Jesús: nadie pasaba necesidad porque tenían todo en común. Y el pueblo decía de ellos: Mira cómo se aman. El amor fraterno los identifica. Y la presencia del Espíritu los hace comprensibles”. “Esta noche – asegura Francisco – resuena en mí más que nunca el “miren como se aman”” y señala que es muy triste cuando se dice de los cristianos: “miren cómo se pelean”. De hecho lanza una pregunta al respecto: ¿Puede el mundo hoy decir de los cristianos, de ellos: “miren como se aman” o pueden decir con verdad, “miren como se odian” o “miren como se pelean”?

¿Qué nos pasó?

El Pontífice se pregunta también: ¿Qué nos pasó?, pues – dice – “hemos pecado contra Dios y contra nuestros hermanos. Estamos divididos, hemos roto en mil pedazos lo que Dios ha hecho con tanto amor, compasión y ternura”. Y no solo eso, Francisco considera que “todos” necesitamos pedir perdón, al Padre de todos, y también necesitamos perdonarnos a nosotros mismos. Es más, Francisco explica que si siempre ha sido necesaria la unidad de los cristianos en el amor mutuo, “hoy es más urgente que nunca”. Miremos el mundo – dice el Papa – “la peste efecto no sólo de un virus, sino del egoísmo y de la codicia que hacen que cada vez los pobres sean más pobres, y los ricos más ricos” y la naturaleza “está llegando al límite de sus posibilidades por la acción depredadora del hombre”.

Esta noche puede ser una profecía

Al final del video-mensaje, el Santo Padre asegura que esta noche “puede ser una profecía”, es decir, “puede ser el comienzo del testimonio que nosotros los cristianos, juntos, tenemos que dar al mundo: ser testigos del amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha sido dado”. Por ello, su exhortación final es a que hagan realidad el testimonio de la primera comunidad cristiana: “miren como se aman”: “Salgan juntos a contagiar el mundo, dejémonos cambiar por el Espíritu Santo para poder cambiar el mundo” dice el Papa.

“Que así sea”

Antes de despedirse ha recordado aquella profecía del gran profeta de Israel: “Sucederá en días futuros, el monte de la Casa del Señor se afianzará en la cima de los montes, se alzará por encima de las colinas. Confluirán en él todas las naciones, acudirán pueblos numerosos. Dirán: “Vengan, subamos al Monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos. Pues de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la palabra del Señor. Juzgará entre las gentes, será árbitro de pueblos numerosos, forjarán de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantará la espada nación contra nación ni se ejercitarán más en la guerra”. “Que así sea” ha concluido el Papa.

 

NOTA RELACIONADA.

 

El Papa: invoquemos al Espíritu Santo por la paz en Tierra Santa

El Santo Padre pide a todos los pastores y fieles de la Iglesia católica, a unirse en oración junto con los Ordinarios Católicos de Tierra Santa, para invocar al Espíritu Santo, “para que israelíes y palestinos puedan encontrar el camino del diálogo y del perdón”. La Vigilia de Pentecostés se realizará en la iglesia de San Esteban de Jerusalén, a las 16.00 horas de Roma.

Ciudad del Vaticano

“Mañana por la tarde, los Ordinarios Católicos de Tierra Santa celebrarán con sus fieles la Vigilia de Pentecostés en la iglesia de San Esteban de Jerusalén, implorando el don de la paz. Aprovecho la ocasión para pedir a todos los pastores y fieles de la Iglesia católica que se unan a ellos en la oración”, es la invitación que dirigió el Papa Francisco a toda la Iglesia este viernes, 21 de mayo, al recibir en Audiencia a los Embajadores No Residentes acreditados ante la Santa Sede.

 

Invoquemos al Espíritu por el dialogo y la paz

El encuentro con los Diplomáticos le brindó la ocasión para que el Santo Padre dirigiera su pensamiento a lo que está ocurriendo en estos días en Tierra Santa. “Doy gracias a Dios por la decisión de detener los enfrentamientos armados – afirmó el Pontífice – y espero que se sigan los caminos del diálogo y la paz”. Además, el Papa Francisco espera que, la súplica al Espíritu Santo se eleve en cada comunidad «para que israelíes y palestinos puedan encontrar el camino del diálogo y del perdón – como lo había señalado en su llamamiento este último domingo después de rezar la oración del Regina Coeli – para ser pacientes constructores de paz y de justicia, abriéndose, paso a paso, a una esperanza común, a una convivencia entre hermanos».