Guerra, monstruo que devora a Humanidad:Papa

¿Quién vende hoy las armas a terroristas?, pregunta el Papa tras su viaje a Irak.

 

Redacción ACI Prensa, 100321.

 

Durante la Audiencia General de este miércoles 10 de marzo en la que recordó su reciente viaje a Irak, el Papa Francisco denunció la venta de armas y condenó la guerra que es “el monstruo que devora la humanidad”.

“La guerra siempre es el monstruo que, con el cambio de épocas, se transforma y continúa devorando a la humanidad. Pero la respuesta a la guerra no es otra guerra, la respuesta a las armas no son otras armas. Y yo me preguntaba: ¿Quién vendía las armas a los terroristas? ¿Quién vende hoy las armas a los terroristas? Están haciendo masacres en otras partes, pensemos en África, por ejemplo. Es una pregunta que quisiera que alguno la responda”, indicó el Papa.

En esta línea, el Santo Padre dijo que “la respuesta no es la guerra, sino que la respuesta es la fraternidad” y añadió que “este es el desafío para Irak, pero no solo: es el desafío para tantas regiones de conflicto y, en definitiva, es el desafío para el mundo entero”.

“La fraternidad. ¿Seremos capaces nosotros de hacer la fraternidad? ¿De hacer una cultura de hermanos? ¿O continuaremos con la lógica iniciada por Caín? La guerra. La hermandad, la fraternidad”, añadió.

Luego, el Santo Padre advirtió que las raíces religiosas y culturales de Irak son milenarias. “Mesopotamia es cuna de civilización; Bagdad ha sido en la historia una ciudad de primordial importancia, que albergó durante siglos la biblioteca más rica del mundo. ¿Y qué la destruyó? La guerra”.

En concreto, el Papa recordó las ciudades de Mosul y Qaraqosh en donde “la ocupación del ISIS causó la fuga de miles y miles de habitantes, entre los cuales muchos cristianos de diferentes confesiones y otras minorías perseguidas, especialmente los yazidíes”.

Por ello, el Santo Padre exclamó “el pueblo iraquí tiene derecho a vivir en paz, tiene derecho a encontrar la dignidad que le pertenece”.

“Queridos hermanos y hermanas, alabemos a Dios por esta histórica visita y sigamos rezando por esa Tierra y por Oriente Medio”, pidió el Papa quien relató que “en Irak, no obstante el fragor de la destrucción y de las armas, las palmas, símbolo del país y de su esperanza, han seguido creciendo y dando fruto”.

“¡Dios, que es paz, conceda un futuro de fraternidad a Irak, a Oriente Medio y al mundo entero!”, rezó el Pontífice.

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Alabemos a Dios por viaje  Irak; orar por Arabia

 

Papa Francisco agradece viaje a Irak, proyecto de San Juan Pablo II.

Redacción ACI Prensa, 100321.

 

El Papa Francisco agradeció a Dios su visita a Irak que era “un proyecto de San Juan Pablo II”.

Así lo dijo este miércoles 10 de marzo, al dedicar la Audiencia General de esta semana a su reciente visita apostólica a Irak que realizó del 5 al 8 de marzo.

“En estos días pasados el Señor me ha concedido visitar Irak, realizando un proyecto de San Juan Pablo II. Nunca un Papa había estado en la tierra de Abrahán; la Providencia ha querido que esto sucediera ahora, como signo de esperanza después de años de guerra y terrorismo y durante una dura pandemia”.

En esta línea, el Papa señaló que “después de esta visita, mi alma está llena de gratitud. Gratitud a Dios y a todos aquellos que la han hecho posible” en particular el Gran Ayatolá Al-Sistani “con quien tuve un encuentro inolvidable en su casa en Nayaf” así como también todas las autoridades civiles, religiosas y los fieles de las respectivas Iglesias.

“Sentí con fuerza el sentido penitencial de esta peregrinación: no podía acercarme a ese pueblo atormentado, a esa Iglesia mártir, sin tomar sobre mí, en nombre de la Iglesia católica, la cruz que ellos llevan desde hace años; una cruz grandecomo esa colocada en la entrada de Qaraqosh. Lo sentí de forma particular viendo las heridas todavía abiertas de las destrucciones, y más todavía encontrando y escuchando a los testigos supervivientes de la violencia, la persecución, el exilio…”.

Al mismo tiempo, el Santo Padre recordó “la alegría de acoger al mensajero de Cristo” y señaló “vi la esperanza de abrirse a un horizonte de paz y de fraternidad, resumido en las palabras de Jesús que eran el lema de la visita: Ustedes son todos hermanos (Mt 23,8)”.

“Encontré esa esperanza en muchos saludos y testimonios, en los cantos y en los gestos de la gente. La leí en los rostros luminosos de los jóvenes y en los ojos vivaces de los ancianos. La gente que esperaba de pie al Papa cinco horas, mujeres con los niños en los brazos, esperaba, en sus ojos había esperanza”.

En este sentido, como es tradición, el Papa recorrió algunas de las citas de su viaje. Como el encuentro de oración entre cristianos y musulmanes en Ur “donde Abrahán recibió la llamada de Dios hace unos cuatro mil años”.

“Abrahán es padre en la fe porque escuchó la voz de Dios que le prometía una descendencia, dejó todo y partió. Dios es fiel a sus promesas y todavía hoy guía nuestros pasos de paz, guía los pasos de quien camina en la Tierra con la mirada dirigida al Cielo. Y en Ur, estando juntos bajo ese cielo luminoso, el mismo cielo en el cual nuestro padre Abrahán nos vio a nosotros, su descendencia, nos pareció que resonaba todavía en los corazones esa frase: Ustedes son todos hermanos”, describió el Papa.

Además, el Santo Padre recordó el encuentro “en la Catedral siro-católica de Bagdad, donde en 2010 fueron asesinados cuarenta y ocho personas, entre las cuales dos sacerdotes, durante la celebración de la misa” y añadió que “la Iglesia en Irak es una Iglesia mártir y en ese templo, que lleva inscrito en la piedra el recuerdo de esos mártires, resonó la alegría del encuentro: mi asombro de estar en medio de ellos se fusionaba con su alegría de tener al Papa con ellos”.

Luego, el Pontífice recordó su visita a las ciudades de Mosul  y Qaraqosh, sobre el río Tigris, en las ruinas de la antigua Nínive, en donde “la ocupación del ISIS causó la fuga de miles y miles de habitantes, entre los cuales muchos cristianos de diferentes confesiones y otras minorías perseguidas, especialmente los yazidíes”.

“Se ha arruinado la antigua identidad de estas ciudades. Ahora se está tratando de reconstruir con mucho esfuerzo; los musulmanes invitan a los cristianos a volver, y juntos restauran iglesias y mezquitas. Y sigamos, por favor, rezando por estos hermanos y hermanas nuestros tan probados, para que tengan fuerza de volver a comenzar. Y pensando en tantos iraquíes emigrados quisiera decirles: han dejado todo, como Abrahán: como él, custodien la fe y la esperanza, y sean creadores de amistad allá donde estén. Y si pueden, vuelvan”, pidió el Papa.

Por último, el Santo Padre recordó las dos Celebraciones eucarísticas públicas: la de Bagdad, en rito caldeo y la de Erbil, en donde fue recibido con emoción por miles de fieles.

“Queridos hermanos y hermanas, alabemos a Dios por esta histórica visita y sigamos rezando por esa Tierra y por Oriente Medio. En Irak, no obstante el fragor de la destrucción y de las armas, las palmas, símbolo del país y de su esperanza, han seguido creciendo y dando fruto. Así sucede con la fraternidad, como el fruto de la palma no hace ruido, pero es fructífera y nos hace crecer. ¡Dios, que es paz, conceda un futuro de fraternidad a Irak, a Oriente Medio y al mundo entero!”, concluyó el Papa.

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Papa Francisco: Que el camino cuaresmal conduzca a la alegría de la Pascua.

Redacción ACI Prensa, 100321.

 

El Papa Francisco invitó a que el camino de Cuaresma conduzca a la alegría de la Pascua.

Así lo indicó este 10 de marzo el Santo Padre este miércoles después de pronunciar su catequesis durante la Audiencia General en la biblioteca del palacio apostólico.

“Deseo a todos que el camino cuaresmal nos conduzca a la alegría de la Pascua con corazones purificados y renovados por la gracia del Espíritu Santo. Invoco la alegría y la paz de Cristo para ustedes y sus familias”, dijo el Papa.

En esta línea, el Santo Padre sugirió a que en este itinerario cuaresmal “déjense guiar por la acción del Espíritu Santo que nos conduce sobre las huellas de Cristo hacia Jerusalén, donde Él cumplirá su misión redentora”.

Por ello, el Papa invocó sobre cada uno la gracia divina para que “puedan alcanzar la alegría de la Pascua, fortalecidos por el camino de conversión y penitencia que estamos viviendo”.

En su mensaje para la Cuaresma de 2021 titulado “Miren, estamos subiendo a Jerusalén… (Mt 20,18). Cuaresma: un tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad”, el Papa Francisco alentó a renovar la esperanza junto a la fe y la caridad a pesar de las preocupaciones en el actual período incierto provocado por el COVID-19.

“En el actual contexto de preocupación en el que vivimos y en el que todo parece frágil e incierto, hablar de esperanza podría parecer una provocación”, dijo el Papa.

Sin embargo, el Santo Padre alentó en esta Cuaresma a estar “más atentos a decir palabras de aliento, que reconfortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan, en lugar de palabras que humillan, que entristecen, que irritan, que desprecian”.

“A veces, para dar esperanza, es suficiente con ser una persona amable, que deja a un lado sus ansiedades y urgencias para prestar atención, para regalar una sonrisa, para decir una palabra que estimule, para posibilitar un espacio de escucha en medio de tanta indiferencia”, añadió.

Para leer el mensaje completo del Papa Francisco para la Cuaresma 2021, haga click AQUÍ.

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