El lavado de dinero y la defraudación fiscal no son delitos nuevos, pero tampoco se han podido erradicar en el mundo entero, incluso puede darse un efecto negativo a la alza por la pandemia de Covid-19.
Así lo manifestó el embajador de Panamá, Armando Orange, en su visita a la entidad para impartir capacitación en contra de este delito, luego del polémico Panamá Papers que perjudicó a esa nación y que hizo que se generará una nueva legislación, que ahora se quiere compartir con Durango.
La Cámara Nacional de Comercio (CANACO) promovió la visita, con el compromiso que tienen como empresarios de pugnar siempre por la transparencia y la erradicación de delitos.
En este contexto, el embajador manifestó que aquel famoso episodio de los Panamá Papers perjudicó en gran medida el prestigio de su nación, de grupos, conglomerados y empresas, y es que explicó que Panamá es un país de tránsito, por tener un Canal con una economía dolarizada desde 1904 y por tener un sistema legislativo laxo, un Centro Financiero y Bancario que de alguna manera lo puso en este flagelo.
Sin embargo, el embajador expuso que a partir de ahí se desarrollaron leyes y experiencias que permitirán reforzar de manera importante al país, se crearon varios métodos para coadyuvar con una lucha permanente, y se cree que esta situación es necesaria para todos los países con circunstancias similares a Panamá, debido a que cada vez son más aceleradas las transacciones financieras y cubren mayores espacios y más riesgos.
Con las consecuencias económicas generadas por la pandemia del Covid-19, se visualiza que podrían recrudecer las conductas de lavado de dinero y defraudación fiscal, por lo que es importante generar estrategias de prevención.
El embajador panameño resaltó que estos delitos deben prevenirse desde los sistemas legislativos, y es lo que Panamá viene a compartir, aprovechando la disposición de los empresarios y su involucramiento para prevenir estos ilícitos.