Nueva Rebelión en el Gremio Choferil Cetemista

De Efemérides y Algo más…

Nueva Rebelión en el Gremio Choferil Cetemista.

José Agapito Salazar Ibarra. (Durango S-21, 140121).

Los lastres de la complicidad –López Obrador es más dulce y les llama alcahuetes- piramidal de la clase política mexicana, que del salinismo neoliberal vuelve al echeverriato izquierdista, empiezan  a supurar aquí y tendrán estos meses una explosión previa al 2024.

Muestra: la exigencia de transparencia y democracia planteada por la base del Sindicato de Choferes de la CTM, hecha pública hoy en la Plaza IV Centenario, frente al antigüo Palacio de Gobierno, liderada por José Gilberto Serrano, Francisco Valdéz Alcántar, Daniel Correa y otros.

Así expresaron su hartazgo por el anquilosado cacicazgo (46 años) de Javier Covarrubias Vázquez, a quien acusan de diversas corruptelas y de que, anticonstitucionalmente, lleva décadas sin Asambleas generales, substituidas por acuerdos cupulares y la bendición de la Federación de Estado cetemista, señalaron entre otras cosas.

El Transporte Público duranguense es de muchos millones de pesos en equipo y en utilidades. Unos poquitos son los “ganones”, en las organizaciones que acaparan las concesiones o “juegos de placas” respectivas. Y la gota que derramó el vaso ahora son 100 de esos permisos oficiales para taxis y buses, así como el atavismo del cacique Covarrubias de que “cuanta sale, la vende al mejor postor.” Y ha de repartir, obviamente.

No importan al “gandalla y sus protectores” los derechos de antigüedad, escalafonarios, y demás bondades intrasindicales que debieran disfrutar los miembros, por la natural razón del gremio y la Ley laboral vigente, mismo que en los 70s anduvo un rato fuera de  la CTM en otra rebelión contra los mismos vicios de hoy.

Esa independización momentánea fue liderada por don Pedro Razo y los de su generación, en la que había de todos los temperamentos: él, calmado y de razones, don Tomás Arreola, impetuoso y de cojones; pero, congruentes, dieron paso a la renovación y llegó a la Secretaria General un licenciado, egresado de la UJED… Juan Morones, me parece. Y en poco tiempo el sindicato volvió a las de antes. E inició su mayordomía el acusado, Javier Covarrubias y sus Padrinos.

Dicha movilización de Razo y sus compañeros, se debió a los excesos en que incurrió como líder un tal Jesús Gutiérrez Alvarado, si no me equivoco, a quien denunciaron que había robado, como Secretario General y su mafia, seguros de vida sindicales de viudas, y demás mañas que se repiten cuando se cierran las puertas a la democracia sindical, o a la general, a lo que nos llevan.

A esa tendía Carlos Abascal Carranza dentro de su propuesta de Reforma Laboral desde la COPARMEX que escuchamos aquí en Durango y luego como Secretario del Trabajo con Vicente Fox, de quien terminó siendo Secretario de Gobernación. Hasta hace un año se hizo realidad la idea, en parte:

Ese Abascal, hijo de Salvador Abascal Infante –que acaudilló el Movimiento Nacional Sinarquista hasta su apogeo en los 40s- murió joven, de cáncer, que le generó el callar muchas cosas, “por respeto al Secreto de Estado”, dice su hermano, el Dr. Juan Bosco.

En fin, no aceptamos que la militancia de grupos ve, mira, entiende y en cualquier momento actúa en consecuencia. Y esto, a todo nivel: nacional y mundial. Porqué?… por Natura. Por ser Personas. Y en ojo trascendente, por ser hijos de  Dios, no de ningún paria ni mucho menos de un Estado-dios y su pontífice, el Dictador o Tirano en turno, que, igual, respira, come, defeca, se reproduce y muere…