Un total de 151 familias de las comunidades de, La Joya, Juan B. Ceballos y San Vicente Chupaderos ya contarán con agua potable en sus hogares, luego que el Presidente Jorge Salum del Palacio comenzó las obras para el suministro e instalación de 2.5 kilómetros de líneas de conducción, con 325 mil destinados a garantizar este servicio básico.
En una gira rural por esta zona de la capital, el Alcalde capitalino comenzó con el poblado La Joya, en donde se invierten 142 mil 789 pesos de programa de Agua Potable para beneficio de 95 familias y sobre todo para terminar con 35 años de problemáticas por la deficiencia en el suministro en esta zona.
Posteriormente, acudió a Juan B. Ceballos, en donde las obras alcanzan una longitud de mil dos metros y inversión de 130 mil 949 pesos, con un impacto en 36 familias; luego siguió en San Vicente Chupaderos, donde mismas cifras alcanzan 358 metros lineales de manguera, 52 mil 199 pesos invertidos y 20 hogares beneficiados.
“Contar con agua potable es fundamental para un sano desarrollo de las familias, por eso estamos destinando los mayores esfuerzos para garantizar este servicio básico a todas las familias, ante una de las demandas más sentidas en el medio rural y que hoy damos respuesta a estas solicitudes”, recalcó Salum del Palacio durante la gira rural.
Valente Palomares Delfín, director municipal de Desarrollo Rural, manifestó que estas obras tendrán un fuerte impacto en estas familias beneficiadas, ya que el agua potable es vital para la vida.
“Esta inversión viene a solucionar grandes problemas que tenían algunas familias por más de 35 años y que nadie respondía para solucionarlas”, resaltó el funcionario municipal”.
En cada una de las comunidades, sus habitantes agradecieron el inicio de estas obras que tanta falta les hacen, luego de muchos años de solicitarlas a otras administraciones hasta que este Gobierno Municipal los tomó en cuenta.
A su paso por la comunidad de La Joya, Salum del Palacio además entregó una andadera nueva a Don Javier, vecino del lugar y que desde hace ocho años la necesita para caminar, pero que por la escasez de recursos no había podido renovarla.
“Años con esa andadera, ya se me había quebrado y tuve que ponerle esos tornillos, por eso gracias a todos, gracias a Dios si se hizo”, finalizó.