Nueva normalidad, nuevo humanismo.
Estimados amigos y amigas convocados
por la Academia de líderes católicos de América Latina1:
Los saludo con alegría y esperanza, y les comparto un breve mensaje, con motivo de la pandemia en México y en el mundo.
De la personalidad y de las acciones de la Iglesia hoy, de sus pastores y laicos, hombres y mujeres comprometidos, dependerá si encara correctamente y sale adelante ante esta gravísima emergencia.
La pandemia que estamos atravesando ha socavado ya los cimientos de la convivencia universal, se trata de una crisis de civilización, biológica, económica y antropológica.
El Papa Francisco ha dicho: “nuestra civilización tan competitiva e individualista con su ritmo frenético de producción y consumo, sus lujos excesivos y ganancias desmedidas para pocos, necesita urgentemente realizar un cambio, repensarse, regenerarse”. 2
Hoy debemos hablar del nuevo compromiso de los laicos en la Iglesia; ¿cómo colocar de nuevo a los pobres y marginados, los ancianos, migrantes, enfermos, en el centro, a quienes la pandemia pone en riesgo de criminalizar? Esto implica, sin duda, una nueva alianza entre ciencia, ética, sociedad y política.
Necesitamos un nuevo humanismo. En la pandemia estamos viendo una profunda deshumanización. Los enfermos y los contagiados son considerados, los nuevos leprosos y en muchos lugares se los tiene estigmatizados.
La Iglesia tiene el desafío de indicar el cambio hacia un nuevo humanismo planetario y compartido. Esta debe ser la hoja de ruta de su reflexión y de su acción. Y poner el acento en la nueva visión desde la ecología y las relaciones económicas.
En AL hasta el 50% de la población económicamente activa está en el sector de la economía informal, y en esta crisis millones de personas en cada país se han quedado sin trabajo. Este sector comercial, que de alguna forma alivia las economías de las personas y familias en situaciones de precariedad, debe ser atendido para no generar mayor pobreza y exponer a un posible escenario de mayor violencia.
No dejamos pasar, en el tema económico y político, lo propuesto por el Papa Francisco sobre el salario universal y la condonación de la deuda externa a los países más pobres y afectados. El impacto global, sanitario, emocional y económico, pone en escena el sentido mismo del ser humano en un mundo en el que todo está relacionado y es interdependiente.
Más que nunca, resaltamos el sentido de compromiso, la generosidad y la solidaridad, que constituyen un reto, una oportunidad para los políticos y para la Iglesia.
La Iglesia ha de servir de valiente centinela ante los excesos, errores, injusticias y violaciones cometidas en un país; y defender los derechos de la persona humana, salvaguardando siempre a toda la persona y a todas las personas. Incumplir esa responsabilidad, es atentar contra el futuro de la humanidad y de cada nación.
En nuestra postura eclesial, ante la situación social y política, cuidamos mucho el equilibrio y quizá pecamos de exceso de prudencia. Mucha gente que está sufriendo requiere de nuestra sensibilidad y empatía, y espera de nosotros una denuncia mucho más valiente.
La Iglesia en su misión de evangelizar al mundo tiene su objetivo centrado en el ser humano, y es indispensable que lo impulse y lo defienda, para que también la acción política, empresarial y social, esté centrada en la persona.
Ante esta urgencia sanitaria, los obispos de México sentimos la obligación moral delante de Dios y del pueblo, de levantar la voz en nombre de los que sufren los estragos de esta pandemia, por lo que hemos exhortado y pedido a todos los
mexicanos, incluido el gobierno federal, los gobiernos estatales y municipales, a olvidarnos de intereses personales partidistas, ideológicos, políticos y religiosos para unirnos en la preservación de la vida de todo ser humano que se encuentre en nuestro territorio.
La atención sanitaria y la alimentación son prioridad en estos momentos, como el trabajo honesto lo es y lo será también al terminar la pandemia, cuando termine. Hemos invitado a quienes tienen el poder de decidir sobre los grandes proyectos y obras nacionales a considerar la oportunidad de destinar esos recursos, durante los meses en que muchos mexicanos no tienen trabajo, para mitigar las carencias de alimentos en muchos hogares de nuestra nación mexicana. Salud, alimentos, insumos médicos, y trabajo son exigencias ineludibles en esta emergencia sanitaria de COVID-19. Nos parece que el gobierno federal,
estatal y municipal, junto con los empresarios, las iglesias y los organismos de la sociedad civil, tenemos la oportunidad de liderar, con todos los recursos humanos, espirituales y materiales, esta nación tan plural que ahora requiere y exige unidad. 3
Hoy es necesario impulsar espacios donde todos puedan sentirse convocados y responsables, permitiendo nuevas formas de hospitalidad, de fraternidad y de solidaridad.
Frente al sufrimiento, donde se mide el verdadero desarrollo de nuestros pueblos, descubrimos y experimentamos la oración sacerdotal de Jesús: «Que todos sean uno» (Jn 17,21).
Finalmente, hablando de proyectos políticos, de nada sirve un proyecto de pocos y para pocos, de una minoría iluminada o testimonial, que se apropia de un sentido colectivo. Es mejor una visión de caminar juntos, la voluntad expresa de querer ser un solo pueblo-nación. Plasmar la experiencia de pueblo en marcha por la historia, con las dificultades y los contratiempos, con los gozos y las penas, con los dolores y las alegrías.
Que venzamos el egoísmo, la indiferencia y la división ante un mundo abrumado por la pandemia, y que juntos, encontremos soluciones innovadoras y justas.
Que Jesús resucitado conceda sabiduría a los políticos, hombres y mujeres, que tienen la inteligencia y la sensibilidad en sus manos, para ayudar a vivir con esperanza a millones de pobres, a quienes viven en las periferias, a los vulnerables, a los migrantes y a los que no tienen empleo ni hogar.
- Mensaje ofrecido virtualmente, el 5 de junio del 2020.
- Carta del Papa Francisco a los movimientos populares del mundo, 2020. http://www.vatican.va/content/francesco/es/letters/2020/documents/papa-francesco_20200412_lettera-movimentipopolari.html
- Mensaje de los obispos al pueblo de México, 24 de abril del 2020. https://cem.org.mx/prensa/2906-Mensaje-al-Pueblo-de-M%C3%A9xico.html
El contenido de este artículo, es responsabilidad del autor y no representa una postura o lineamiento de “Inspírame Dios”.