A partir de este primero de julio las cabañas entrarán en una nueva normalidad con algunas restricciones, como cubrir solo el 30% de su capacidad, informó Marcela Gutiérrez, empresaria del ramo y miembro de la asociación de cabañas de Durango.
Indicó que algunas cabañas comenzaron a operar hace 15 días como parte de un proceso de normalización, invirtiendo en estrictos protocolos sanitarios con los que están aportando para evitar los brotes del coronavirus en las diferentes empresas del giro.
Detalló también que entre los protocolos se está contemplando una revisión constante del personal que trabaja en las cabañas, así como la sanitización de las estancias en cada entrada y salida de huéspedes; además, se está obligando el uso de cubrebocas, implementos de protección del personal, uso de gel antibacterial e incluso el termómetro para los usuarios.
Gutiérrez consideró que hay ciertas ventajas, como el hecho de que las cabañas están alejadas entre sí y que la convivencia se da únicamente entre familias.
Aún así se acatarán los lineamientos en el sentido de que únicamente el 30% de las cabañas se utilice, además se mantendrán suspendidas todas las actividades de ecoturismo que puedan generar algún tipo de aglomeración de personas.
Ahora bien, en cuanto a costos, la entrevistada expuso que no hay incrementos, incluso podrían encontrarse precios bajos en este reinicio, pero no se prevén ajustes a la alza.