Honran hoy a María Auxiliadora de los Cristianos y la Iglesia Universal lo hace Junto con Ellos.
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Hoy el Papa pide unión con los católicos chinos y les expresa su cercanía
En la Jornada de oración por la Iglesia en China que se celebra hoy, el Santo Padre ha dirigido un pensamiento especial a los católicos chinos que hoy celebran la fiesta de la Santísima Virgen María.
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano. (VN, 240520).
“Unámonos espiritualmente a los fieles católicos de China”. Lo ha pedido el Papa Francisco después de rezar la oración mariana a la Madre del Cielo, en el día en el que nuestros hermanos en China celebran, con particular devoción, la fiesta de la Santísima Virgen María, Auxilio de los Cristianos y Patrona de China, venerada en el santuario de Sheshan en Shanghái.
El Papa ha confiado “a la guía y protección de nuestra Madre Celestial” a los Pastores y fieles de la Iglesia Católica en ese gran país, “para que sean fuertes en la fe y firmes en la unión fraternal, testigos alegres y promotores de caridad fraterna” y, sobre todo, “buenos ciudadanos”.
Además, dirigiéndose a ellos, les ha asegurado que la Iglesia universal, de la cual son parte integrante, “comparte sus esperanzas y los sostiene en sus pruebas de la vida”. “Ella – ha señalado – les acompaña con la oración por una nueva efusión del Espíritu Santo, para que en ustedes pueda resplandecer la luz y la belleza del Evangelio, poder de Dios para la salvación de todos los que creen”. Por último, les ha expresado, una vez más, su “gran y sincero afecto” y ha impartido una especial Bendición: “Que la Virgen los proteja siempre”.
Orar por Catolicidad China, con María Auxiliadora
24 de mayo: Jornada de oración por la Iglesia en China
Anunciada en 2007 por Benedicto XVI con la “Carta a los católicos chinos”, el día de oración por la Iglesia en China se celebra todos los años el 24 de mayo, fecha en que se celebra la fiesta de la Santísima Virgen María “Ayuda de los cristianos”, especialmente venerada en China en el Santuario de “Nuestra Señora de Sheshan”, cerca de Shanghai.
Paolo Ondarza – Ciudad del Vaticano. (VN, 240520).
Para la ocasión, hace trece años, Benedicto escribió una oración a la Virgen, a quien le pidió que guiara al Pueblo de Dios “en los caminos de la verdad y el amor” para ser “en cada circunstancia un fermento de convivencia armoniosa entre todos”, apoyar “el compromiso de aquellos en China, entre sus esfuerzos diarios, continuar creyendo, esperando, amando, para que nunca tengan miedo de hablar de Jesús al mundo y del mundo a Jesús”.
Finalmente, imploró a la Madre de Dios para que “ayude a los católicos a ser siempre testigos creíbles de amor, manteniéndose unidos con la piedra de Pedro sobre la cual se construye la Iglesia”.
La atención a China ha sido constante desde el comienzo del pontificado de Francisco, quien con motivo del “día de oración” nunca ha dejado de expresar cercanía y afecto a todos los católicos chinos que “entre esfuerzos y pruebas diarias, siguen creyendo, esperando y amando”. El Papa los exhorta, bajo la protección de María, a estar “siempre unidos en la comunión de la Iglesia universal”.
El acuerdo provisional alcanzado entre la Santa Sede y la República Popular de China el 22 de septiembre de 2018 es histórico, definido por el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin “un punto de llegada para un largo viaje, pero sobre todo un punto de partida” para “una nueva fase de mayor colaboración por el bien de la comunidad católica china y por la armonía de toda la sociedad”.
“Debemos caminar juntos”, dijo el cardenal en una entrevista con el Global Times, “porque solo de esta manera podremos sanar las heridas y los malentendidos del pasado, para mostrarle al mundo que incluso a partir de posiciones distantes, se pueden lograr comprensiones fructíferas”.
El Acuerdo Provisional – escribió el Papa Francisco en el Mensaje a los católicos chinos y la Iglesia Universal del 26 de septiembre de 2018 – es “el resultado del largo y complejo diálogo institucional de la Santa Sede con las autoridades gubernamentales chinas, inaugurado ya por San Juan Pablo II y continuado por el Papa Benedicto XVI”.
“No se trata de nombrar funcionarios para manejar asuntos religiosos, sino de tener pastores auténticos de acuerdo con el corazón de Jesús, comprometidos a trabajar generosamente al servicio del Pueblo de Dios”, precisa.
Las muchas iniciativas que han caracterizado la relación entre la Santa Sede y China en los últimos dos años han sido significativas: desde la autorización otorgada por el gobierno de Beijing a los dos obispos, Giuseppe Guo Jincai y Giovanni Battista Yang Xiaoting, para participar en el Sínodo sobre los jóvenes en el Vaticano en 2018 ; hasta la consagración episcopal con el mandato pontificio en agosto de 2019 de Antonio Yao Shun y Stefano Xu Hongwei, respectivamente obispo de Jining / Wulanchabu, en Mongolia Interior y obispo coadjutor de Hanzhong, en la provincia noroccidental de Shaanxi.
Recientemente, desde el comienzo de la pandemia de coronavirus, ha habido manifestaciones recíprocas de solidaridad entre la Santa Sede y China, con donaciones mutuas de protecciones de salud y dispositivos de seguridad destinados a combatir el virus.
Muchos fieles chinos también han participado a través de las redes sociales en la celebración diaria de la Misa del Papa Francisco desde la Casa Santa Marta, que se difundió a 13 locales, 7 en Italia, desde marzo.
El diálogo, el conocimiento y el viaje juntos “para construir un futuro común de mayor armonía”, como lo desea el Santo Padre, también pasan por la cultura y la belleza: “La belleza nos une: el arte chino del Museo del Vaticano” fue la exposición de alto valor simbólico, organizada en Beijing por los Museos Vaticanos del 28 de mayo al 14 de julio de 2019 en el Museo del Palacio de la Ciudad Prohibida.