El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Miguel Ángel Reveles Pérez, indicó que se han dejado de producir este año 8 mil 500 empleos que en otros años generaba este sector, ya que únicamente el 20% de las empresas afiliadas a este organismo tiene trabajo.
Recordó que hay una situación muy complicada por el tema de la falta de obra pública, a lo cual se le agregó el asunto de la alerta sanitaria por COVID-19, y estos aspectos juntos han significado una condición sumamente tensa para los constructores.
Por un lado, se tienen incrementos muy importantes y que han sorprendido, como la elevación del 20% en los productos asfálticos, lo que nunca se había visto antes, pues siempre los aumentos eran del 2, 3 o máximo 5%, pero ahora la cantidad fue extrema, “nos sentimos extrañados, porque el costo del barril de petróleo está por el orden de 10 dólares, entonces no creemos posible que se haya hecho este aumento que indudablemente va a impactar la obra pública, sobre todo hablando de pavimento asfáltico”.
Ahora bien, con el paro de la cementera se estaba condenado a una parálisis mayor, y con ello alzas en los materiales; afortunadamente ya hubo un cambio y las cementeras fueron consideradas como actividad esencial. No obstante, advirtió riesgos de incremento en el cemento, en el acero, etcétera, lo que hace más caras las obras.
Adicionalmente, existe muy poca obra pública y el 20% de constructores que están trabajando tienen pequeñas obras de SCT o particulares, ya que el gobierno del Estado ha sido muy restringido los últimos años por el retiro de programas del Gobierno Federal.
Con todo ello, cuando mucho, se ha logrado la generación y sustento de 1500 empleos.