La fiscalización está mal entendida desde el Gobierno Federal, más parece terrorismo o persecución fiscal; con todo ello está ahorcando a las empresas y está frenando el crecimiento del país.
Así lo expuso el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Jaime Mijares Salum, al referirse a los mecanismos fiscales que se han implementado durante este gobierno y que rayan en cuestiones de terrorismo o de persecución donde ni siquiera hay necesidad, por ejemplo en la emisión de una factura por cada compra que se haga con las tarjetas de crédito o débito y en caso de exceder los ingresos, se van a aplicar sanciones.
A título personal, este tipo de controles tiene la tendencia totalmente de generar un monopolio al interior del Gobierno Federal, y de cada vez más ir cerrando la llave a las oportunidades, a la confianza, al desarrollo; ha querido seguir cambiando las reglas, pero sólo logra generar incertidumbre, además frenar operaciones que impulsan el desarrollo económico y el comercio.
Eso, finalmente, tiene un sobre control sujeto a los criterios de sanciones que definen unos cuántos, y esto siempre va a mermar la confianza de los sectores productivos, que al final son los que generan el empleo.
“Seguir apretando hasta ahorcar a las empresas, lo que va a hacer es que haya un decrecimiento mayor y que se agrave el problema de la confianza en uno de los motores sumamente importantes, como es la inversión privada, la cual no se ha podido reactivar justamente por ese tipo de factores”.
Aclaró para concluir que sí está de acuerdo en que se apliquen herramientas para combatir la corrupción, pero que no se incurra en excesos, ni que paguen justos por pecadores.