Los huérfanos que han dejado los feminicidios son las víctimas invisibles, pues a la mayoría no se les da seguimiento, lamentó la diputada María Elena González Rivera.
“Este problema en cualquier momento nos va a estallar”, añadió la legisladora, quien mencionó que es urgente garantizarles una mejor calidad de vida, libre de violencia.
La legisladora recordó que en la entidad se tiene hasta la fecha el registro de 23 homicidios de mujeres, de los cuales 10 ya fueron tipificados como feminicidios.
De acuerdo a ello, dijo, las estimaciones son de dos hijos por mujer, “por lo que estamos hablando de por lo menos 40 huérfanos en Durango por esta causa, mientras que, hasta el mes de agosto de este año, se tiene conocimiento de que solo seis reciben atención del Estado como víctimas de la violencia”.
Destacó también que Durango es una de las 11 entidades que atienden a huérfanos por feminicidios a través de la Comisión Estatal de Atención a Víctimas de la Violencia o del Sistema Integral para el Desarrollo de la Familia (DIF).
“También es importante recordar que la austeridad que impulsa el Gobierno federal dejó a la deriva a los niños y niñas que quedan en orfandad tras el feminicidio de su madre, pues en Durango eran atendidos mediante el programa Seguro de Vida para Jefas de Familia”, indicó.
“Lo peor que le puede pasar a un ser humano es perder a su madre y más en México, donde se tiene una sobrevaloración de la figura materna, en tanto el vínculo entre madre e hijo es muy especial e íntimo”.
Por último, alertó que los pequeños pueden reproducir los patrones que ven en su familia o bien volverse una especie de vengador.
“Erradicar este flagelo debe permanecer en los primeros lugares de la agenda, de no ser así, el problema será más grave”.