El Papa: el cristianismo debe influir positivamente en la vida moral pública
Mensaje del Santo Padre a los participantes en el Congreso Internacional promovido con ocasión del Centenario de “La llamada a todos los hombres libres y fuertes” de Don Luigi Sturzo, sobre el tema “La actualidad de un compromiso nuevo”.
Ciudad del Vaticano. (VN, 140619).
La enseñanza y el testimonio del Siervo de Dios Don Luigi Sturzo “no deben ser olvidados, sobre todo en un momento en que la política debe ser previsora para afrontar la grave crisis antropológica”.
“La primacía de la persona sobre la sociedad, de la sociedad sobre el Estado y de la moral sobre la política”, pero también la centralidad de la familia, la defensa de la propiedad con su función social y su libertad, la importancia del trabajo y de la paz, son valores que “se basan en el supuesto de que el cristianismo es un mensaje de salvación encarnado en la historia, que se dirige a todo el hombre y que debe influir positivamente en la vida moral tanto privada como pública”.
La actualidad del llamamiento de Don Sturzo
Así, el Papa Francisco se dirigió en un mensaje a los participantes de la Conferencia de Caltagirone, en la provincia de Catania, con ocasión del Centenario del llamamiento “a todos los hombres libres y fuertes” de Don Luigi Sturzo, acto fundador del Partido Popular Italiano y manifiesto de la participación de los cristianos en la política después del non-expedit. Un aniversario importante “para la historia de Italia y de Europa”, explica el Papa, que es también una oportunidad para reafirmar “el valor y la pertinencia” de la llamada y “su previsibilidad entre los pueblos, a través de un nuevo diálogo cultural y social que inspira, hoy como ayer, los firmes principios del cristianismo”.
El papel de los cristianos laicos
El centenario es también una oportunidad para reflexionar sobre la concepción cristiana de la vida social y de la caridad en la vida pública para el sacerdote siciliano. “La tarea de informar la vida social y política de manera cristiana -escribe el Papa- pertenece sobre todo a los laicos cristianos que, con su propio compromiso y con la libertad que les corresponde en este campo, ponen en práctica las enseñanzas sociales de la Iglesia, elaborando una síntesis creativa entre fe e historia que encuentra su punto de apoyo en el amor natural vivificado por la gracia divina”.
La debida participación de los ciudadanos
Superando el dualismo entre ética y política, según el cual el Evangelio y el amor están ligados a la esfera privada, el P. Sturzo consideró correcto que los ciudadanos participaran en la vida de su país. “Hacer una buena y mala política”, dice el mensaje del Papa, “depende de la rectitud de la intención, de la bondad de los objetivos a alcanzar y de los medios honestos que se empleen” para este objetivo: de hecho, “los cristianos de todos los tiempos y de todos los países son la razón”.
El amor es el verdadero vínculo social
“La moralización de la vida pública”, dice el Papa Francisco, “está ligada para Don Sturzo sobre todo a una concepción religiosa de la vida, de la que deriva el sentido de la responsabilidad moral y de la solidaridad social”. El “amor”, de hecho, “es para él el verdadero vínculo social, el motivo inspirador de toda su actividad” que, de manera original, une la ética y la vida teológica y entre la dimensión espiritual y la dimensión social.
Un sacerdote ejemplar
Como recordaba también San Juan Pablo II en su encuentro con los Obispos sicilianos en 1982, “antes de ser estadista, político, sociólogo y polifacético erudito”, el P. Sturzo fue un sacerdote obediente a la Iglesia, un hombre de Dios que luchó arduamente por defender y encarnar las enseñanzas evangélicas, en su tierra de Sicilia, en los largos años de exilio en Inglaterra y Estados Unidos y en los últimos años de su vida en Roma”.